Después de leer «Vive o Muere» de Anne Sexton
¿Qué es lo que he hecho? Ahora lo cuento todo con los números y empiezo las cosas formulando una pregunta. Tengo tantas. He decidido entregarme al vacío en este ejercicio de honestidad. Anne Sexton le dice a su hija Linda “Dilo de verdad” y he descubierto que eso es aún más importante. Decirlo De verdad es aún más importante que decir La verdad. Porque La verdad, al final, es un lugar propio. Decir La verdad es un lugar propio. Decirlo De verdad es un lugar común.
Por eso te escribo. ¿Acaso no ves que yo no puedo decirle Dilo de verdad a nuestra hija? He decidido abandonarlo todo porque tú nunca jamás soportarías que yo le escribiese a nuestra hija. No tengo intención de alcanzar ningún lugar. Escribo porque me estoy muriendo. Escribo porque me estoy muriendo y porque quiero deshacerme de este cuerpo. Escribo para darle realidad material a los pensamientos que me están matando. Escribo para que sepas que me estoy muriendo. Estoy caminando hacia otro sitio. Soy yo la que está lejos, lejísimos.
Mi cuerpo ha muerto y quiero cambiarlo por otro. Quiero cambiarlo todo.
Quiero abandonar el cuerpo en el que vivo y escribo por eso. Me miro en las fotos y no encuentro nada que sea mío. Y me digo “Dejarás de comer para siempre”. Dejaré de comer. Dejaré de comer hasta desaparecer. Porque lo que yo quiero es que todo desaparezca. Agotar este dolor.
Estoy invirtiendo toda la fuerza que me queda en no encontrar solo la paz en la idea de matarme si las cosas se siguen torciendo. ¿Qué es lo que he hecho?
Cuando siento el dolor, y este es insoportable, me alivia pensar que en cualquier momento podría tomarme todas las pastillas que hay en esta casa. Y todo acabaría. Porque lo que yo quiero es que todo esto se acabe. Y entonces y solo entonces siento la paz.
Estoy invirtiendo toda la fuerza que me queda en no encontrar paz solo en la idea de matarme. Por eso escribo. Por eso me voy.
Las cosas pasaron y ahora todo cobra sentido. Las cartas son lo único que puedo escribir y ahora lo entiendo. Son un autorretrato. Las cartas son el cuerpo de la reconstrucción. Ya no puedo habitar el cuerpo con el que andaba tan tranquila por el mundo.
Yo no puedo habitar el cuerpo que tengo y por eso renuncio. Por eso escribo que renuncio. Porque no puedo más. Porque mi vida está en ruinas.
Porque me atrevo a vivir.
Por eso escribo y por eso me voy.