Aquel imprudente que declara su amor
Adquiere tal posición de inferioridad
Que ya se siente en peligro de muerte para siempre
Como si hubieran descubierto su repudiable asesinato
Penalizados en ese territorio hostil
Donde sólo se tolera la medida y el criterio
No tarda el insensato en recibir
El premio inverso a su estupidez
Y qué más da
Si dentro de mil años
Ni siquiera sabrán que Bach existió.