(“)Estoy bastante jodida con la vida. La única vida que tengo, vamos.
Queriendo amar. Y conocer. Y viajar. Y vivir.
Pero no.
Estoy en la cama. Con el móvil en la mano. Con el portátil en las piernas.
¿Te lo puedes creer?
De todas formas… todo el mundo quiere viajar, vivir y conocer.
Que esta sea nuestra juventud
Y tengamos que estar jodidos en nuestras casas.
Hablando de política. De religión. Y de falta de moral.
Cuando perdemos el tiempo.
Perdemos los días.
Hay twitstars. ¿¿Qué mierda es esa???
¿Y cuál es la solución? ¿Irte a Lituania a dedo este verano?
No. Joder no.
¿Por qué irse tan lejos?
La solución es que no exista el verano para luego volver.
La solución es mandarlo todo a la mierda y vivir de verdad.
Pero hay miedo. Joder. Claro que hay miedo. Y cosas que nos atan.
Y no se puede hacer nada.
Y luego se pasan estos momentos.
Y el lunes vuelves a clase. Al colegio, la universidad o el trabajo. A encontrarte a la misma clase de gente. Las mismas conversaciones. Las mismas risas por lo mismo
Y las mismas opiniones. sesgadas y cobardes. Y parciales. La misma envidia, prepotencia y superioridad o inferioridad. Esa mierda.
Cuando en el fondo, todos vamos a morir. Pero ahora, en tan tierna juventud no puedo cambiar nada. No puedo viajar. No puedo salir. No puedo vivir. Me limitan y me limito.
Y me limitaré.
Sabes que quieres llegar a la tumba derrapando. Y diciendo: ufff, vaya viajecito.
Pero no es problema del momento. Es un problema de base. De sistema
¿Mi meta en la vida yo qué cojones sé cuál es?
Tengo miedo de no significar nada. De acabar mi vida habiendo sido un pedo más
Aunque supongo que todo el mundo acaba siéndolo. Tarde o temprano
“Vámonos a algún sitio este finde”
“Mandemos a la mierda cualquier compromiso”
“El siguiente supongo…” “Vámonos en autobús a Granada o algo así.”
Yo qué sé. Pero pero pero…
¿Lo ves? Es horrible.
Por esa regla de tres, no vives por ti nunca.
Yo, desde luego, no.
Nunca. Nuncanuncanunca. A tomar por culo todo. “Tienes toda la vida por delante”. ¿Pero qué vida? Pero qué vida…

¿Sabes lo que estoy pensando? Estoy demasiado aburrida mirando mis contactos WhatsApp. Y he dicho: joder, dentro de diez años toda esta gente estará como super volcada en una vida en pareja y tendrán hijos y todo lo que te contarán será su vida hecha y derecha, como se entiende, y te enseñarán sus fotos de viajes a Cancún y Oslo. Y tú les dirás lo mucho que te alegras por ellos pero, en realidad, te importa una mierda.
Y su vida rodará en torno a una satisfacción de “he cumplido” que, en realidad, es una burbuja que estalla en depresión de mierda. Y luego lloran, rompen y buscan parejas en meetic.
Y la vida se vuelve una puta mierda.
Y yo estaré en mi casa.
Torradísima.
Leyendo cosas que en mi puta vida imaginé leer, posiblemente con un novio raro de cojones pero sin vivir juntos. Porque soy especialita y necesito mi espacio y vivir sola. Aspiro a un piso de 30 metros cuadrados.

Y tú… ¿qué estarás haciendo tú?

La satisfacción personal
¿Qué cojones es?
¿Qué tipo de placer estoico da la puta inactividad familiar?

Y la gente que se nombra independiente y autosuficiente pero cada vez tiene una pareja nueva y vive como super cerrado en sus opiniones de vegetariano raro o de radical de izquierdas, qué?

Mierdas así.

¿Y yo? ¿Y tú? ¿Y las ratillas?
¡Somos una minoría despreciada!
Es una perspectiva de vida, o una actitud que, ni de coña, está estereotipada.
Es como una imposibilidad de contactar de forma sencilla y uniforme con “el otro”
Con las personas, en general.
Pero no por introspección. Si no por vivir en planos jodidamente paralelos, que no se tocan nunca, ni se tocarán. Nada más que por compartir mundo y obligaciones ciudadanas. Pero intentan meter en una sociedad lineal, una manera de ser. Ya no de pensar. De ser, de sentir. Y eso da pie a que los que nos mantenemos al margen por x o y, que seamos jodidamente escleróticos en nuestro sentir y actuar. Estamos muy limitados por una interpretación de lo que es o no normal. Joder. No. Y mi proceder se ve condicionado o limitado por eso. Por una necesidad de contactar con el mundo para no verme en pañales.

Dirás: “internet te permite contactar con el resto de ratillas”. NO. Mentira. Joder. En mi actuar y ver el mundo, no concibo eso.
Las ratillas sólo lo admitimos cuando comprendemos quién es otra ratilla
El término “ratilla” es horrible, pero bueno… A falta de un término mejor hasta que se me ocurra otro…
Si te das cuenta, cuando hablas con otra persona que es rara, inteligente y sensible, pero no es RATILLA, lo notas.
Notas que aunque tenga algo especial, no es lo mismo que una ratilla.

Porque no le duele el mundo de una forma tan incomprensible, ni se aleja, ni tiene esa imposibilidad de asociarse con la realidad, viviendo una soledad en círculos, siempre gastados por el mismo lado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *