Sé que está todo el mundo pendiente del debate, de las elecciones que se aproximan o de llegar a casa del trabajo y dejarse caer con agotamiento. Pero yo quería aprovechar el día 23 para hablar de libros. Concretamente, de un tema que atañe a los autores, desde la perspectiva de lector. Y es: CUIDADITO CON LOS FOCKING TÍTULOS

Mi «experiencia de usuaria» en torno al horizonte de expectativas que se origina cuando veo un libro no es sólo identificar el género, más o menos. Sino el título.

Me molesta especialmente que un libro se titule, por ejemplo, «El carnaval del Diablo», y no haya ni lo uno ni lo otro.

Ni referencias. Ni metáforas. Ni alegorías más o menos acertadas a posteriori de la lectura.

Si un libro se titula «El Evangelio del Mal», me flipa leer que va de monjas del siglo XIV emparedadas en su convento por su propia mano para que el Diablo no recupere su Palabra.

Cuando cogemos «La Náusea» de Sartre, por poner un ejemplo de validez literaria institucionalizada, no esperamos retortijones. Descubrimos el acierto una vez terminamos de leer, y vemos el drama existencial del que nos hace partícipes (+ guiño a la teoría de los humores)

Que tú coges el libro de «Los Miserables» y sabes a lo que vas. O «Viaje al fin de la noche», por poner uno más «actual». Pero veo un título como «La fuerza de tu mirada» (libro real) y no sólo no me dice nada sino que me hace bufar.
Yo, que soy miope. Fuerza de qué.

Luego está Borges y sus cosas. Pero ni me voy a meter con ese señor, ni creo que nadie pueda ponerle de ejemplo «de a pie». Ni me voy a meter a hablar de libros de poesía (Dios me libre, ya bastante tiene la poesía con lo que le están haciendo) ni de teatro.
Es otro lenguaje.

A lo que quiero llegar es que es muy importante que el título del libro haga referencias, metafórica, alegórica o meta-textual, a la historia que estás contando. O que pretendes hacer llegar. Sobre todo, para que, como lectora, me cale y pueda volver a ellos desde el recuerdo

Me explico:
Los lectores podemos pasar de darle una oportunidad al libro, o muchas. Desde la sinopsis, la portada o los primeros capítulos.
Pero si termino el libro sin entender el por qué del título, no tardaré mucho en olvidarlo.
Leemos mucho más de lo que recordamos.

Y ya estaría, eso era lo que venía a contaros.
Eso y que me parece muy mal que este día se llame SAN JORGE matando al dragón de todos los cuentos.

Estaría guay que fuera por Cervantes, que al menos sabía dónde buscarlos (tanto los libros como los dragones) PERO ES SÓLO UNA SUGERENCIA

*Anexo al escritor: Si se te ocurre el título antes que la historia, pero quieres escribir igualmente (la vocación no responde a la lógica), mi consejo es:
Brainstorming, esquemitas, personajes principales y construcción de mundo sencilla.
La historia termina saliendo. Lo difícil es escribir.

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