Aviso al lector: tenga a mano un buen pedazo de Camembert y una buena botella de vino tinto pa’ q lo acompañe.

Prólogo.
Hablamos de una escritura cuya función ya no es sólo comunicar o expresar, sino imponer más allá del lenguaje, que es a la vez la Historia y la posición que se toma frente a ella.

El arte clásico no podía sentirse como un lenguaje, era lenguaje, es decir, transparencia, circulación sin resabios-> encuentro ideal de un Espíritu universal y de un signo decorativo.

A finales del siglo XVIII-> transparencia enturbia, la forma literaria desarrolla un poder segundo-> ya no se tiene a la literatura como un modo de circulación socialmente privilegiado sino como un lenguaje consistencia, profundo, lleno de secretos, dado a la vez como sueño y como esperanza.

Desde hace cien años, toda escritura es un ejercicio de domesticación o repulsión frente a la Forma Objeto que el escritor encuentra fatalmente.

Literatura como objeto, advenimiento de un valor-trabajo.
La escritura atraviesa todos los estados de una progresiva solidificación: primero objeto de una mirada, luego de un hacer y finalmente de una destrucción. Alcanza hoy su ausencia, escrituras neutras o llamas “el grado cero de la escritura”-> se puede fácilmente distinguir el movimiento mismo de una negación y la imposibilidad de realizarla en una duración, como si la Literatura que tiende desde hace un siglo a transmutar su superficie en una forma sin herencia, sólo encontrara la pureza en la ausencia de todo signo, proponiendo en fin el cumplimiento de ese sueño órfico: un escritor sin Literatura.
LA
ESCRITURA BLANCA (Camus, Blanchot o Cayrol)

La Forma también une el escritor a la sociedad. No hay Literatura sin una moral del lenguaje.

Parte I.

¿Qué es la escritura?
La lengua, como un poema:
La lengua es como una naturaleza que se desliza enteramente a través de la palabra del escritor.
Círculo abstracto de verdades.

La lengua es para él más bien como una línea cuya transgresión quizá designe una sobrenaturaleza del lenguaje: es el área de la acción, la definición y la espera de un posible.

La lengua es sólo un horizonte humano que instala a lo lejos cierta familiaridad.

La lengua está más acá de la Literatura. El estilo casi más allá: imágenes, elocución, léxico…

El estilo siempre tiene algo en bruto: es una forma sin objetivo, el producto de un empuje, no de una intención, es como la dimensión vertical y solitaria del pensamiento.

Pero toda forma es también valor; por lo que, entre la lengua y el estilo, hay espacio para otra realidad formal: la escritura. En toda forma literaria, existe la elección general de un tono, de un ethos si se quiere, y es aquí donde el escritor se individualiza claramente porque es donde se compromete.

Lengua y estilo son fuerzas ciegas; la escritura es un acto de solidaridad histórica. Lengua y estilo son objetos; la escritura es una función: es la relación entre la creación y la sociedad, el lenguaje literario transformado por su destino social, la forma captada en su intención humana y unida así a las grandes crisis de la Historia.

La escritura es por lo tanto esencialmente la moral de la forma, la elección del área social en el seno de la cual el escritor decide situar la Naturaleza de su lenguaje.

Por eso la escritura es una realidad ambigua: por una parte nace, sin duda, de una confrontación del escritor y de su sociedad; por otra, remite al escritor, por una suerte de transferencia trágica, desde esa finalidad social hasta las fuentes instrumentales de su creación.

De esta manera la elección,y luego la responsabilidad de una escritura, designan una Libertad, pero esta libertad no tiene los mismos límites en los diferentes momentos de la Historia.

Bajo la presión de la Historia y de la Tradición se establecen las posibles escrituras de un escritor dado.

La escritura es precisamente ese compromiso entre una libertad y un recuerdo, es esa libertad recordarte que sólo es libertad en el gesto de elección.

Escrituras políticas

La escritura no es en modo alguno un instrumento de comunicación, no es la vía abierta por donde solo pasaría una intención del lenguaje.

La escritura es un lenguaje endurecido que vive sobre sí mismo y de ningún modo está encargado de confiar a su propia duración una sucesión móvil de aproximaciones sino que debe imponer, en la unidad y sombra de sus signos, la imagen de una palabra construida hace mucho antes de ser inventada.

Lo que opone la escritura a la palabra es el hecho de que la primera siempre parece simbólica introvertida.

Duración de signos vacíos cuyo movimiento es lo único significativo.

La escritura está siempre enraizada en un más allá del lenguaje, se desarrolla como un germen y no como una línea, manifiesta una esencia y amenaza con un secreto, es una contra-comunicación, intimida. En toda escritura encontraremos la ambigüedad de un objeto que es a la vez lenguaje y coerción: existe en el fondo de la escritura una
“circunstancia” extraña al lenguaje, como la mirada de una intención que ya no es la del lenguaje.

Unir con un sólo trazo la realidad de los datos y la idealidad de los fines.

La singularidad de las situaciones históricas formó la identidad de la escritura revolucionaria.

La escritura de la novela.

El relato como forma extensiva a la vez de la Novela y de la Historia, sigue siendo por lo tanto, en general, la elección o la expresión de un momento histórico.

Pretérito indefinido: mentira manifestada, marca el campo de una verosimilitud que develaría lo posible en el mismo momento en que lo designaría como falso. La finalidad común de la Novela y de la Historia narrada, es alinear los hechos: el pretérito indefinido es el acta de posesión de la sociedad sobre su pasado y su posible. Instituye un continuo
creíble, pero su ilusión es mostrada, es el término final de una dialéctica formal que disfrazaría el hecho irreal de la vestimenta sucesiva de la verdad y luego de la mentira denunciada.

Ofrecer esencia bajo la forma de un artificio. Colocar la mascara y designarla.

(La Literatura es como el fosforo: brilla más en el instante en que intenta morir). <3<3<3<3

LA MODERNIDAD COMIENZA CON LA BUSQUEDA DE UNA LITERATURA IMPOSIBLE.

Así se encuentra en la Novela, el aparato a la vez destructivo y resucitativo propio a todo el arte moderno.

Como si el acto literario, en suprema ambigüedad, engendrara una creación consagrada por la sociedad solo en el momento en que logra destruir la densidad existencial de una duración hasta allí carente de significado.

Pero esta transformación sólo puede darse ante los ojos de la sociedad. La sociedad impone la Novela, es decir un complejo de signos, como trascendencia y como Historia de una duración.

El pretérito indefinido y la tercera persona de la Novela, no son más que ese gesto fatal con el cual el escritor señala la máscara que lleva.

La sinceridad necesita aquí signos falsos, y evidentemente falsos, para durar y ser consumida. El producto, y finalmente la fuente de esta ambigüedad, es la escritura.

La escritura, libre en sus comienzos, es finalmente el lazo que encadena el escritor a una Historia también encadenada: la sociedad lo marca con los signos claros del arte, con el objeto de arrastrarlo con más seguridad en su propia alineación.

Existe una escritura poética?

Época clásica. Prosa y poesía.

Poesía= Prosa+a+b+c

Prosa=Poesía -a-b-c

De donde la Poesía es siempre diferente de la Prosa. No se trata de una diferencia de esencia sino de cantidad. No atenta a la unidad del lenguaje. Prosa o elocuencia.

EXPRESIONES. La poesía clásica era sentida como una variación ornamental de la prosa, el fruto de un arte (es decir de una técnica), nunca como un lenguaje diferente o como el producto de una sensibilidad particular. Toda poesía no es entonces más que la

ECUACIÓN DECORATIVA.

Inflexión de una técnica verbal, la de “expresarse” según reglas más bellas, por lo tanto más sociales que las de la conversación, es decir proyectar fuera de un pensamiento interno que sale armado del Espíritu, una palabra socializada por la evidencia misma de su convención.

Palabra que expresa y traduce pensamiento (arte clásico), disposición técnica. En la poética moderna las palabras producen una suerte de continuo formal del que emana poco a poco una densidad intelectual o sentimental imposible sin ellas. Pensamiento instalado poco a poco en el azar de las palabras. Esta suerte verbal de la que caerá el fruto maduro de una significación, supone entonces un tiempo poético que ya no es el de una “fabricación”, sino el de una aventura posible, el encuentro de un signo y de una intención. LA POESIA MODERNA SE OPONE AL ARTE CLASICO POR UNA DIFERENCIA QUE CAPTA TODA LA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE Y QUE NO DEJA
ENTRE ESAS DOS POESIAS OTRO PUNTO COMUN QUE EL DE UNA MISMA INTENCION SOCIOLOGICA.

Palabra es apenas el signo de un cosa, vía de un vinculo. Se extiende hacia otras palabras formando una cadena superficial de intenciones.

Clásico, arte de la expresión no de la invención. Aquí las palabras no reproducen, como más tarde- por una especie de altura violenta e inesperada- la profundidad y la singularidad de una experiencia; están tratadas en la superficie, según las exigencias de una economía elegante y decorativa. Nos fascinamos ante la formulación que las reúne, no ante su poder o su belleza propios.



ACCIDENTES DE FORMA O DISPOSICIÓN.

Nuevas intenciones de significación. Las parcelas del discurso clásico apenas entregan su sentido, se transforman en vehículos o en anuncios, llevando siempre más lejos un sentido que no quiere depositarse en el fondo de una palabra, sino expandirse al modo de un gesto total de intelección, es decir de comunicación.

En la poesía moderna, las relaciones sólo son extensiones de la palabra.

La Palabra poética nunca puede ser falsa porque es total; brilla con una infinita libertad y se apresta a irradiar hacia miles de relaciones inciertas y posibles. Abolidas las relaciones fijas, la palabra sólo tiene un proyecto vertical. Pilar que se hunde en una totalidad de sentido, de reflejos y de remanencias: ES SIGNO ERGUIDO. La palabra poética es aquí un acto sin pasado inmediato, un acto sin entornos, y que sólo propone la sombra espesa
de los reflejos de toda clase que están vinculados con ella.

Palabra, discurso socializado que desemboca en la palabra y la recibe como una cantidad absoluta acompañada de todos sus posibles.

Sustantivo vivir privado de su articulo, llevado a una suerte de estado cero, grávido a la vez de todas las especificaciones pasadas y futuras.

Cada palabra poética es así un objeto inesperado, caja de Pandora de la que salen todas las categorías del lenguaje; es producido y consumido con particular curiosidad, especie de gula sagrada. Esta Hambra de la Palabra, común a toda la poesía moderna, hace de la palabra poética una palabra terrible e inhumana. Instituye un discurso lleno de agujeros y de luces, lleno de ausencias y de signos, opuesto a la función social del lenguaje, que la simple apelación a una palabra discontinua abre la vía a todas las sobrenaturalezas.

El lenguaje clásico siempre se reduce a un contenido persuasivo, postula el dialogo, instituye un universo en el que los hombres no están sólo donde las palabras nunca tienen el peso terrible de las cosas, donde la palabra es siempre encuentro con el otro.

Lenguaje clásico es lenguaje inmediatamente social. El arte literario clásico es un objeto que circula entre personas reunidas por la clase a la que pertenecen, es u producto concebido para la transmisión oral, para un consumo regulado según las contingencias mundanas, es lenguaje hablado.

La poesía moderna destruye las relaciones del lenguaje y lleva el discurso a fijaciones de palabras. Esto implica un trastrocamiento en el conocimiento de la naturaleza. La discontinuidad del nuevo lenguaje poético instituye una Naturaleza interrumpida, que solo se revela por bloques. LA POESIA ODERNA ES UNA POESIA OBJETIVA.

Nadie les impone una jerarquía ni reduce a una significación de un comportamiento mental o intención. EL ESTALLIDO DE LA PALABRA POETICA INSTITUYE ENTONCES UN OBJETO ABSOLUTO. Objeto lleno de sus posibles. Palabras-objeto sin lazos.

Ponen al hombre en unión no con los otros hombres sino con las imágenes más inhumanas de la naturaleza; el cielo, el infierno, lo sagrado, la infancia, la locura, la materia pura, etc.

En ese instante puede difícilmente hablase de escritura poética, pues se trata de un lenguaje cuya violenta autonomía destruye todo alcance ético.

La escritura absorve el estilo.

Cuando el lenguaje poético pone radicalmente en cuestión a la Naturaleza por el solo efecto de su estructura, sin recurrir al contenido del discurso y sin detenerse en el descanso de una ideología, ya no hay escritura, sólo hay estilos a través de los cuales el hombre se vuelve por completo y afronta el mundo objeto sin pasar por ninguna de las figuras de la Historia o la sociabilidad.



Parte II.

Triunfo y ruptura de la escritura burguesa.

Estéticamente, el siglo XVI y el comienzo del XVII muestran una variada abundancia de lenguajes literarios, porque los hombres están todavía inmersos en el conocimiento de la Naturaleza y no en la expresión de la esencia humana.

Un lenguaje en el que el ornamente es todavía ritual, pero que constituye de por sí un procedimiento de investigación aplicado a toda la extensión del mundo.

La escritura sólo aparece en el momento en que la lenguaje, constituida nacionalmente, se transforma en una suerte de negatividad, en un horizonte que separa lo prohibido de lo permitido.

Valor del lenguaje como universal en virtud de las COYUNTURAS HISTÓRICAS.

Escritura única, a la vez instrumental y ornamental.

Instrumental-> la forma se suponía al servicio del fondo, como una ecuación algebraica al servicio de un acto operatorio.

Ornamental-> decorado por accidentes exteriores a su función, tomados sin reparos de la Tradición, escritura burguesa.

LA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE; SOLAMENTE SE CUESTIONA LA RETÓRICA, ES DECIR, EL ORDEN DEL DISCURSO PENSANDO SEGUN UNA FINALIDAD PERSUASIVA.

ESCRITURA CLASICA, ESCRITURA DE CLASE. Nacida en siglo XVII en grupo cercano al poder, lengua de una clase minoritaria y privilegiada. Uso solamente en la corte.

LA CLARIDAD ES UN ATRIBUTO PURAMENTE RETORICO.

DISCURSO, INTENCION PURAMENTE DE PERSUASIÓN.

Eliminación radical de cualquier posible lenguaje. La autoridad política, el dogmatismo del Espíritu y la unidad del lenguaje clásico son por tanto figuras de un mismo movimiento histórico.

Pluralidad, multiplicidad de lecturas. Ambigüedad… Tragicidad de la Literatura. Vías de estallido o naturalización del lenguaje literario (Camus, Sartre, Rimbaud, Blanchott, Queneau, etc)

Tela de juicio la existencia misma de la Literatura; lo que se lee en la pluralidad de las escrituras modernas, es el callejón sin salida de su propia Historia.

El artesanado del estilo.

La universalidad del lenguaje clásico provenía del hecho de que el lenguaje era un bien común y sólo el pensamiento era alcanzado por la alteridad. Podría decirse en ese tiempo que la forma tenía valor de uso.

PERO 1850-> problema de literatura como justificación. La escritura se salva no en función de su finalidad sino por el trabajo que le cuesta. IMAGINERIA ESCRITORARTESANO.

Trabajo de la forma consiste el signo y la propiedad de la corporación. Valor-trabajo que reemplaza el valor-genialidad. Se trabaja mucho y mucho tiempo la forma.

Crisis histórica, finalidad estética no alcance para justificar la convención de ese lenguaje anacrónico, es decir el día en que la Historia postule una evidente separación entre la vocación social del escritor y el instrumento que le transmite la tradición.

FLAUBERT FUNDA ESTA ESCRITURA ARTESANAL. Antes de él, lo burgués aparecía como pintoresco o exótico; la ideología burguesa daba la medida de lo universal y pretendiendo fundar la existencia de un hombre puro…

FLAUBERTIZACION DE LA ESCRITURA. Es el rescate general de los escritores? Hacer un buen trabajo…

Escritura y revolución.

El artesanado del estilo produjo una sub-escritura, derivada de Flaubert, pero adaptada a los designios de la escuela naturalista. Produjo un arte mecánico que significó la convención literaria de una ostentación hasta entonces desconocida.

La escritura realista condenada para expresar na realidad inerte como un objeto y sobre la cual el escritor sólo tendría el poder de acomodar los signos por medio de su arte.

Finalidad puramente literaria. TRABAJO QUE SUPONE.

La expresividad es un mito: no es sino la convención de la expresividad.

*Aquí la función del escritor no es tanto la de crear una obra sino la de entregar una Literatura que se vea desde lejos.

Escritura pequeño-burguesa fue retomada por los escritores COMUNISTAS. Obliga fatalmente a una escritura convencional, encargada de señalar bien visiblemente un contenido incapaz de imponerse sin una forma que lo identifique.

LA ESCRITURA COMUNISTA MULTIPLICA LOS SIGNOS MAS BURDOS DE LA LITERATURA Y LEJOS DE ROMPER CON UNA FORMA, EN DEFINITIVA TIPICAMENTE BURGUESA, SIGUE ASUMIENDO SIN RESERVAS LAS PREOCUPACIONES FORMALES DEL ARTE DE ESCRIBIR PEQUEÑO-BURGUÉS.

Señalar al lector “que está bien escrito” .

El estallido del lenguaje literario fue un hecho de conciencia y no un hecho revolucionario.

Escritura burguesa defendida por escritores comunistas, sienten comprometida la literatura con su ideología, marxismo justificado.

La escritura y el silencio.

La escritura artesanal no perturba ningún orden. Engendrar la forma.

DESINTEGRACION DE LENGUAJE SOLO PUEDE CONDUCIR A UN SILENCIO DE LA ESCRITURA.

El lenguaje recompone aquello de lo que intentaba huir, no hay escritura que se conserve revolucionaria y todo silencio de la forma sólo escapa a la impostura por un mutismo completo.

Zona de vacío en la que la palabra, liberada de sus armonías sociales y culpables, felizmente ya no resuena. IRRESPONSABLE DE TODOS LOS CONTEXTOS POSIBLES.

Se acerca a un acto breve, singular, cuya matidez afirma una soledad, por tanto una

INOCENCIA. ESTRUCTURA DEL SUICIDIO.

Estallar la palabra, vacío, destrucción, libertad.

En el mismo esfuerzo por liberar el lenguaje literario, se da otra solución: crear una ESCRITURA BLANCA, libre de toda sujeción con respecto a un orden ya marcado del lenguaje.

 

**LA ESCRITURA EN SU GRADO CERO ES EN EL FONDO UNA ESCRITURA INDICATIVA O SI SE QUIERE AMODAL; SERIA JUSTO DECIR QUE SE TRATA DE UNA ESCRITURA DE PERIODISTA, SÍ, PRECISAMENTE EL PERIODISMO NO DESRROLLARA POR LO GENERAL FORMAS OPTATIVAS O IMPERATIVAS (ES DECIR PATETICAS). LA NUEVA ESCRITURA NEUTRA SE COLOCA EN MEDIO DE ESOS GRITOS Y DE ESOS JUICIOS SIN PARTICIPAR DE ELLOS. ESTA HECHA PRECISAMENTE DE SU AUSENCIA, PERO ES UNA AUSENCIA TOTAL.

ESCRITURA INOCENTE

Lengua básica, alejada de las lenguas vivas y del lenguaje literario propiamente dicho**

Palabra transparente, inaugurada por el extranjero de Camus, realiza un estilo de la ausencia que es casi una ausencia ideal de estilo: la escritura se reduce a un modo negativo en el cual los caracteres sociales o mitos de un lenguaje se aniquilan en favor de un estado neutro e intente de la forma; el pensamiento conserva así toda su responsabilidad, sin cubrirse con un compromiso accesorio de la forma en una Historia que no le pertenece.

OPACIDAD DE LA FORMA-> supone problemática del lenguaje y de la sociedad.

Esta vez el instrumento no está al servicio de una ideología triunfante, es el modelo de una nueva situación del escritor, es el modo de existir de un silencio, pierde toda apelación a la ornamentación.

Infiel, escritura blanca. Una red de formas endurecidas limita cada vez más el frescor primitivo del discurso, una escritura renace en lugar de un lenguaje indefinido. El escritor, al acceder a lo clásico, se vuelve epígono de su creación primitiva, la sociedad hace de su escritura un modo y lo devuelve prisionero de sus propios mitos formales.

La escritura y la palabra.

La escritura toma como espacio real de sus reflejos la palabra real de los hombres, la literatura ya no es orgullo o refugio. ACTO LUCIDO DE INFORMACION.

HECHO AUDITIVO Y NO DE ELOCUCION. CADA HOMBRE ES PRIOSNERO DE SU LENGUAJE.

La restitución del lenguaje hablado, imaginado primeramente en el mimetismo divertido de lo pintoresco, acabó por expresar el contenido de la contradicción social.

Literatura moderna-> un lenguaje literario que haya alcanzado la naturalidad de los lenguajes sociales.

La socialización del lenguaje literario capta todas las capas de la escritura.

LA LITERATURA ES LLEVADA ABIERTAMENTE HACIA UNA PROBLEMATICA DEL LENGUAJE.

Sólo entonces el escritor podría considerarse enteramente comprometido, cuando su libertad poética se colocara dentro de una condición verbal cuyos límites serían los de la sociedad y no los de una CONVENCIÓN o de un público.

No hay pensamiento sin leguaje, la forma es la primera y última instancia de la responsabilidad literaria, y porque la sociedad no está reconciliada, el lenguaje necesario y necesariamente dirigido, instituye para el escritor una condición desgarrada.

La utopía del lenguaje.

La multiplicación de las escrituras es un hecho moderno que obliga al escritor a elegir, que hace de la forma una conducta y provoca una ética de las escritura.

Se agrega una nueva profundidad, la forma, constituyendo por sí sola suerte suerte de mecanismo parasitario de la función intelectual.

Signos opacos que llevan en sí una historia, un compromiso, a la situación del pensamiento, se liga el destino suplementario, a menudo divergente, siempre molesto, de la forma.


FATALIDAD DEL SIGNO LITERARIO.

Por ello vemos que una obra maestra moderna es imposible, ya que el escritor, por su escritura, está colocado en una contradicción insoluble: o el objeto de la obra concuerda ingenuamente con las convenciones de la forma, y la literatura permanece sorda a nuestra Historia presente y el mito literario no es superado; o el escritor reconoce la amplia frescura del mundo presente, aunque para dar cuenta de ella sólo disponga de una lengua espléndida y muerta; frente a la página en blanco, en el momento de elegir las palabras que deben señalar francamente su lugar en la Historia y testimoniar que asume sus implicaciones, observa una trágica disparidad entre lo que hace y lo que ve; bajo sus ojos, el mundo civil forma ahora una verdadera Naturaleza, y esa Naturaleza habla, elabora lenguajes vivientes de los que el escritor está excluido: por el contrario, la Historia coloca entre sus dedos un instrumento decorativo y comprometedor, una escritura heredada de una Historia anterior y diferente, de la que no es responsable y que sin embargo es la única que puede utilizar. Nace así una tragicidad de la escritura, ya que el escritor consciente debe en adelante luchar contra los signos ancestrales todo poderosos que, desde el fondo de un pasado extraño, le imponen la Literatura como un ritual y no como una reconciliación.

La solución no depende de los escritores.

Hay un callejón sin salida de la escritura y es el de la sociedad misma. La búsqueda de un no estilo o de un estilo oral, de un grado cero o de un grado hablado de la escritura es la anticipación de un estado absolutamente homogéneo de la sociedad.

Hay en toda escritura presente una doble postulación: movimiento de ruptura y de advenimiento.

Como todo el arte moderno, la escritura literaria es a la vez portadora de la alienación de la Historia y del sueño de la Historia: como Necesidad testimonia el desgarramiento de los lenguajes, inseparable del desgarramiento de las clases: como Libertad, es la conciencia de ese desgarramiento y el esfuerzo que quiere superarlo.

Lenguaje soñado cuyo frescor configuraría la perfección de un nuevo mundo adámico donde el lenguaje ya no estaría alineado. La multiplicidad de las escrituras instituye una

Literatura nueva en la medida en que inventa su lenguaje sólo para ser proyecto: la Literatura deviene la Utopía del lenguaje.

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